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       Nabil Khalil PhD Sitio Web - Versión en Español

 
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 Cien Horas Con Fidel-Capítulo 01-Antecedentes de la Revolución.

 
 
 
 

 

ANTECEDANTES DE LA REVOLUCIÓN

 

BOLÍVAR – ESCLAVITUD E INDEPENDENCIA –
AUTONOMISTAS Y PRONORTEAMERICANOS – LAS DOS GUERRAS DE
INDEPENDENCIA – CARLOS MANUEL DE CÉSPEDES –MÁXIMO
GÓMEZ – ANTONIO MACEO – JOSÉ MARTÍ

 

Comandante, el año 2003 se celebró, no sólo el aniversario 150 del nacimiento de José Martí, sino también el aniversario 50 del asalto al Moncada. ¿Se puede decir que aquel 26 de julio de 1953 empezaba la Revolución Cubana?

No sería absolutamente justo, porque la Revolución Cubana comenzó con la primera guerra de independencia en 1868. Se inició por Oriente, el 10 de octubre de ese año, la dirgió un cubano bien preparado, Carlos Manuel de Céspedes. [1] En aquella región no estaba tan extendida la esclavitud. La esclavitud era muy fuerte en la zona occidental, donde estaban las grandes plantaciones cafetaleras, y posteriormente las plantaciones de caña de azúcar. Éstas tomaron gran auge a raíz de la rebelión de los esclavos en las plantaciones francesas.

¿La de Haití,[2] en 1791? 

Sí, en Haití. Muchos de aquellos colonos franceses se trasladaron a Cuba, a la provincia de Oriente, próxima a Haití, ya que las separa únicamente el llamado Paso de los Vientos. Siempre, hasta en la época de la población autóctona, hubo algún intercambio entre Cuba y la región donde está ubicado Haití, en la parte occidental de la isla de Santo Domingo, que los españoles bautizaron como Hispaniola. Aquellas tribus en parte caribes eran más combativas e hicieron bastante resistencia a los españoles, y algunos cruzaron hasta la región oriental de Cuba. De modo que cuando se inicia la conquista y colonización de Cuba algunos indígenas habían emigrado de Santo Domingo y organizaron cierta resistencia en la región más oriental de la isla. Uno de ellos se llamaba Hatuey. Es una de las figuras históricas de Cuba, el primero que intenta resistir, porque las tribus originarias que habitaban nuestro país estaban constituidas por grupos muy pacíficos. Los conquistadores vinieron con caballos, espadas, ballestas, arcabuces, y los indígenas no estaban en condiciones de resistir, aunque algunos resistieron. 

La diferencia de progreso técnico era demasiado grande. 

Los españoles venían de 800 años de guerras, e inundaron estas islas de guerreros. Era gente que había luchado por su independencia, contra la ocupación árabe. 

Y los esclavos, decía usted, en un momento se sublevan en Haití. 

Cuando la rebelión de los esclavos de Haití, en 1791, que encabeza Toussaint-Louverture, había allí alrededor de 400.000 esclavos. Algunos cientos —tal vez miles, pero basta con unos cuantos cientos— de colonos franceses huyeron hacia Cuba. Algunos trajeron parte de sus dotaciones de esclavos y se instalaron en la zona más oriental de Cuba. 

¿En el resto de la isla no había esclavitud? 

Ya le dije que donde más extendida estaba la esclavitud era en la región occidental del país. En la antigua provincia de Oriente había esclavitud, aunque en menor escala, porque principalmente allí se dedicaban a la cría de ganado y a cultivos menores. Era la región con más propietarios individuales; después venía Camagüey con grandes extensiones ganaderas y también con pocos esclavos. 

Desde el centro de la isla hacia Occidente sí se desarrollaron muchas plantaciones cafetaleras y cañeras sobre base esclava. En Matanzas y La Habana había centenares de pequeños centrales azucareros, cuyos equipos muchas veces se movían con tracción animal. Cuba se convierte en el más grande productor y exportador de café; ocupaba por aquella época los mercados que había dominado Haití. 

En la década de 1840 dos grandes ciclones barren las plantaciones de café. La caña es más resistente a los ciclones y a las sequías, es más segura; un ciclón fuerte puede reducir la cosecha en un 20 por ciento o un 25 por ciento, pero no se pierde la plantación. Era un cultivo más adecuado, pero necesitaba también muchos esclavos. 

En esa época, 20 ó 30 años antes de iniciarse la primera guerra de independencia en 1868, había en Cuba alrededor de 300.000 esclavos. 

¿Sobre una población total de cuántos habitantes? 

No le puedo responder con exactitud, pero la calculo entre un millón y un millón y medio, tal vez, incluidos los esclavos. El resto de la población descendía de españoles de la primera etapa de la colonización, los llamados criollos, dueños de la tierra y de las plantaciones, y los mestizos nacidos de padres españoles y madres indias, y más tarde de la mezcla de sangre española, india y negra. Los españoles peninsulares, que procedían directamente de la metrópoli, tenían el control de la administración, el comercio, el orden interno y la defensa del país. 

El mayor número de esclavos estaba en las plantaciones de caña, propiedad de los criollos. Ese hecho tuvo una influencia grande. Después de las guerras de independencia en la América española, a España le quedaron en el hemisferio sólo Cuba y Puerto Rico. Aunque en Santo Domingo hubo un movimiento independentista en 1821 que proclamó incluso su adhesión a la Gran Colombia de Simón Bolívar, España reocupó un tiempo la isla Hispaniola en el siglo xix. Pero allí las guerras eran más bien con el vecino Haití. Y más o menos entre 1850 y 1860, antes de nuestra primera guerra de independencia, un cierto número de dominicanos se trasladaron a Cuba. Algunos servían en el ejército español, y vinieron como ciudadanos españoles, aunque de origen dominicano. Tenían experiencia militar, y después se unieron —eran campesinos, agricultores— a los patriotas cubanos. 

¿Cómo se inicia esa primera guerra de independencia? 

Aquella guerra de 1868 es iniciada por un grupo de terratenientes. Tenían preparación y determinada cultura. Muchos eran abogados. Su pensamiento era liberal, partidarios de la independencia, y en pequeña escala dueños de esclavos, porque algunos poseían plantaciones cañeras. Grandes plantaciones de café, con numerosos esclavos, sólo existían en la zona de Guantánamo, próxima a Haití. 

El jefe de la revolución independentista, hombre distinguido y culto, se llamaba —como le dije— Carlos Manuel de Céspedes, dueño de un pequeño central azucarero. Venían conspirando los de aquella región oriental, desde Camagüey. La conspiración se descubre. Las autoridades hasta habían enviado una orden de arresto, pero ellos tenían amigos en los correos. Carlos Manuel de Céspedes conoce que se va a producir el arresto y adelanta la sublevación para el 10 de octubre de 1868 en su central azucarero. A su pequeño grupo de esclavos los declara libres. No eran muchos, pero los puso en libertad a todos sin vacilación alguna, decretando con esta acción la abolición revolucionaria de la esclavitud en Cuba. 

¿Era frecuente, en esa época, liberar a los esclavos? 

No lo era, y ese gesto quedó como una acción sin precedentes. Al contrario de lo que ocurrió en Suramérica. Porque en Suramérica, cuando se inicia la guerra de independencia en 1810 —a raíz de la ocupación de España por Francia y del establecimiento de una nueva monarquía, cuando Napoleón nombra rey a su hermano José Bonaparte—, las colonias españolas se sublevan no contra España, sino contra la monarquía napoleónica impuesta a España, y así se crean las juntas patrióticas en Suramérica y otras partes del hemisferio que eran colonias españolas. 

La primera de estas juntas se creó en Venezuela en abril de 1810, y se llamó, precisamente, "Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII", o sea, del Rey español destronado por Napoleón. En ese país, Venezuela, la independencia tuvo un precursor, Francisco de Miranda[3] quien incluso había participado en la Guerra de Independencia de Estados Unidos, porque España bajo el reinado de Carlos III había enviado soldados de origen suramericano, y cubano, incluso negros, mestizos y españoles, a luchar en favor de la independencia de Estados Unidos. Esto fue en 1776, antes de la Revolución Francesa, que se inicia trece años después, en 1789. La Fayette, futuro participante en la Revolución Francesa, participa también en aquella guerra, junto con muchos voluntarios españoles[4] Era grande la pugna entre Francia e Inglaterra. España del lado de Francia. De este modo hubo cubanos que combatieron por la independencia de Estados Unidos. 

Son singulares los enlaces que establece la historia. Miranda, militar español de origen venezolano, decide desertar del ejército colonialista estando en Cuba y fue precisamente en La Habana donde inició su largo camino antimperialista que lo llevó a elaborar el proyecto de "Colombia", es decir, la liberación y unificación de nuestros pueblos en un gran bloque político independiente. Emigra a Francia, se convierte en un destacado jefe militar a las órdenes de los líderes revolucionarios de Francia, lucha contra los que invaden la Francia revolucionaria; se destaca notablemente. En un momento dado cae en desgracia, como ocurría en aquella época. A punto estuvo de que lo guillotinaran. Rectificaron. Lo salvó el inmenso servicio que prestó a Francia. Ya había recorrido Europa, se hizo famoso, y fue el precursor de la independencia de Suramérica. Incluso desembarcó en Venezuela para iniciar la lucha en agosto de 1806. 

¿Esto se produce antes de que Simón Bolívar inicie la lucha por la independencia de la América española? 

Bastante antes. Al ocurrir aquellos hechos que llevaron a la instauración de una monarquía napoleónica en España, se crean las juntas en la América española en actos de lealtad, aunque en esas juntas había también partidarios decididos de la independencia. Uno de ellos fue, precisamente, Simón Bolívar. Ellos crean la junta de Caracas, la primera en la América española en que se decide proclamar la independencia. Allí estaba Bolívar, joven oficial. 

Bolívar había viajado a Italia con su preceptor, Simón Rodríguez, y en el Monte Sacro, el 15 de agosto de 1805, realiza el famoso juramento de luchar por la independencia de Venezuela. Cuesta trabajo imaginar tan increíble premonición. 

¿Liberaron a los esclavos? 

No, ellos, los criollos, no liberan inicialmente a los esclavos. No existía suficiente conciencia del problema en aquellos años. José Tomás Boves[5] asturiano astuto, sacó provecho de aquella contradicción. Se va a donde están los llaneros, que eran indios y mestizos, esclavos o semiesclavos, jinetes temibles en aquellas grandes llanuras llenas de caballos casi salvajes. Hace allí a su manera una especie de reforma agraria; como las tierras eran de los criollos sublevados, las expropia y entrega tierras, entrega haciendas, convierte a los llaneros, digamos, en dueños de aquello, y al frente de una tropa ganada de esa forma avanza por los llanos, arrolladoramente, quemando y matando sin piedad. Fue como una feroz lucha de clases entre venezolanos, promovida por los colonialistas españoles. Es la llamada rebelión de los pobres de 1814. 

Un destacado autor venezolano, genial como escritor, aunque no como político, Arturo Uslar Pietri[6] prestó a la posteridad el valioso servicio de escribir una excelente novela sobre el tema que tituló Las lanzas coloradas. En su descripción puede escucharse hasta el galopar de la caballería avanzando por los llanos. Fue ese ejército de llaneros pobres, esclavos y semiesclavos, el que con su imparable caballería derrota a los independentistas y toma Caracas. Se inicia entonces un episodio que no tiene paralelo en las luchas por la independencia en este continente: la retirada de la población de Caracas hacia el Oriente, que se conoce en la historia de Venezuela como "la emigración a Oriente", dirigida personalmente por Bolívar, que costó incontables vidas de mujeres y niños, jóvenes y ancianos. ¡Qué increíble precio pagó el pueblo venezolano por su independencia y con cuánta entereza fue capaz de soportarlo! 

Esto ocurre cuando se había creado ya la Segunda República, nacida al calor de aquella memorable jornada bolivariana que fue la "Campaña Admirable". Bolívar salió desde el río Magdalena, en Nueva Granada, la actual Colombia, a finales de 1812 y entró en agosto de 1813 a Caracas, donde fue proclamado "Libertador". 

Pero antes, al proclamarse la Primera República, en 1810, Bolívar no ejercía como jefe político y militar; era Miranda, reclamado y apoyado por los revolucionarios. Miranda, ante la derrota, pacta la paz. Estaba a punto de tomar un barco inglés en La Guaira, llegan Bolívar y un grupo de oficiales inconformes con la paz acordada con España. Miranda había adquirido costumbres francesas en cuanto a los hábitos, los baños, la vida que llevaba la gente distinguida, los nobles. En vez de pernoctar en el barco inglés, se queda aquella noche descansando en tierra, dio tiempo a que lo detuvieran, lo cual ocurre casi accidentalmente. Lo arrestan, porque veían su acuerdo como un acto de traición. 

Pero el poder lo había recuperado España, gracias a laofensiva de los llaneros. 

No. Los llaneros actúan cuando se restablece la independencia y se crea la Segunda República en 18 13. Lo que le acabo de referir sucede antes, cuando Miranda pacta la paz con España. Bolívar y sus amigos tienen que escapar, consiguen tomar un barco. Miranda es entregado al jefe español, Domingo Monteverde. Bolívar viaja al Oeste, hacia la isla de Bonaire, que era posesión holandesa, desembarca después en las proximidades del río Magdalena e inicia río arriba, con unos pocos hombres, la ofensiva fulminante a la que ya hice referencia, que la historia conoce como la "Campaña Admirable". 

Aún en el territorio de Nueva Granada había una parte de las tropas patrióticas. Bolívar llega, las reúne y reanuda la lucha, toma otra vez Caracas y restablece el poder patriótico. Pero los esclavos seguían sin ser liberados. Es en esa época, el 26 de marzo de 1812 —un Jueves Santo—, cuando se produce un gran terremoto y Bolívar pronuncia la célebre frase: "Si la naturaleza se opone a nuestros designios, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca." Terrible el terremoto; famosa la frase. 

Es después de la segunda derrota de la República cuando Bolívar se retira de Venezuela y marcha a Jamaica. Sobrevive de milagro a un complot para asesinarlo. Allí es donde, en septiembre de 1815, escribe la célebre "Carta de Jamaica", y es donde entra en contacto, en el año 1816, con el presidente Petión[7]de Haití. Petión ejerce una positiva influencia sobre Bolívar en favor de la libertad de los esclavos; lo ayuda con armas, y Bolívar le promete algo que era ya consustancial a su pensamiento revolucionario: la abolición de la esclavitud. Había recibido la gran lección de lo ocurrido con la Primera y la Segunda Repúblicas. Entonces inicia la lucha por la Tercera. Desembarca en territorio venezolano, en expedición procedente de Haití, y allí, el 6 de julio de 1816, lanza el "Manifiesto de Ocumare" en uno de cuyos párrafos proclama textualmente: 

"Esa porción desgraciada de nuestros hermanos que ha gemido bajo las miserias de la esclavitud ya es libre. La naturaleza, la justicia y la política piden la emancipación de los esclavos; de aquí en adelante sólo habrá en Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos." 

Desde la isla de Margarita el Libertador baja luego al río Orinoco hasta donde hoy está Ciudad Bolívar, y es allí en Angostura donde elabora las ideas de la Constitución de 1819 y decreta la abolición de la esclavitud. José Antonio Páez, un llanero patriota que arrastra tras sí a muchos de aquellos llaneros indios y mestizos, lo apoya. A partir de estos acontecimientos la victoria está asegurada. Para que vea usted un ejemplo elocuente de la relación entre la abolición de la esclavitud y la independencia. 

¿En Cuba, fue Céspedes el primero que libera a los esclavos? 

Sí. Cuando Carlos Manuel de Céspedes inicia la lucha. La medida se aplica en la región de Oriente y Camagüey. Muchos de esos esclavos liberados se unieron a los patriotas. Aquella guerra duró diez años. Ahí es donde surge un brillante jefe de origen dominicano, Máximo Gómez[8] Y otro brillante jefe, negro. 

¿Antonio Maceo? 

Antonio Maceo[9] el más sobresaliente de nuestros soldados, un hombre negro, nacido en Santiago de Cuba en el año 1845. Tenía 23 años al iniciarse aquella guerra. 

Al parecer, una parte de los criollos que se alzan en 1868 contra España lo hacen con el propósito de unirse a los Estados Unidos. ¿Es cierto?

La idea de la independencia tuvo que enfrentarse a muchas corrientes a lo largo de los siglos xvm y xix, entre ellas corrientes reformistas, corrientes autonomistas, corrientes anexionistas. 

El colonialismo español era diferente al británico. Realmente los españoles no son como los británicos, su colonialismo no fue igual; hubo distintos tipos de colonialismo, distinto trato, incluso, a los esclavos. Algo positivo en los españoles: ellos, por ejemplo, permitían a los esclavos africanos sus ritos, los autorizaban. Era hasta una forma de mantenerlos más tranquilos, porque en este clima, en este territorio, con la explotación y el maltrato al que eran sometidos los esclavos, hubo muchas sublevaciones, muchos esclavos escapaban y eran después perseguidos encarnizadamente, pero se les permitía mantener sus costumbres y tradiciones religiosas. 

¡Qué diferente en Estados Unidos! En ese país a los esclavos no se les permitían sus cultos religiosos; como resultado, en la actualidad existe allí la religión cristiana en general, incluida la católica; existen incluso otras religiones —musulmana, judía, budista...—, pero apenas hay cultos de origen africano. Aquí, en cambio, prevalecía la religión católica; había poca presencia de otras religiones cristianas, pero sí existían, entre aquella masa de esclavos, los cultos de origen africano. En virtud del sincretismo religioso, algunas de las figuras de la Iglesia Católica eran usadas con otros nombres e introducidas en los ritos de los africanos, a partir de dioses en los cuales ellos creían. Ésa fue una diferencia importante. 

Quizá por eso algunos criollos querían unirse a Estados Unidos. 

Existía cierto sentimiento anexionista incluso en algunos de aquellos que se alzaron en armas, porque había transcurrido muy poco tiempo desde la Guerra de Secesión en Estados Unidos, que duró de 1861 a 1865, guerra ganada por los del Norte. Abraham Lincoln emerge como una figura de gran prestigio. 

Ya existía en Cuba desde principios del siglo xix en muchos terratenientes criollos dueños de esclavos, especialmente en la zona occidental, un sentimiento anexionista, el deseo de integrarse a Estados Unidos. Los ingleses habían prohibido el tráfico de esclavos, y aquellos criollos temían que los británicos decretaran e impusieran en todo el Caribe la abolición de la esclavitud. Lo que ya Inglaterra había abolido era la trata, es decir, el transporte de los esclavos desde África. Se crea así un sentimiento anexionista estimulado en Norteamérica por los del Sur, que se oponían a los del Norte y competían por los votos en el Senado. Si los del Sur creaban un nuevo estado esclavista en el Sur, los del Norte creaban otro en sentido contrario, hasta el momento en que los del Norte, que por razones económicas lógicas e ideas más liberales se oponían al sistema esclavista, obtuvieron la mayoría. Ése es el momento en que estalla la Guerra de Secesión y se decreta la abolición de la esclavitud. Fue en 1862. 

La imagen de Abraham Lincoln, líder del Norte, era muy estimada ya; pero hasta entonces, en la región occidental, los dueños de los esclavos —la inmensa mayoría, no todos, siempre hay excepciones—, anhelaban unirse al Sur de Estados Unidos. Se creó un sentimiento anexionista; pero, como le digo, ese sentimiento prevaleció en la zona occidental y se extendió poco en la región oriental, donde se originó la guerra por la independencia. 

¿Ellos pensaban realmente separarse de España y unirse a los Estados Unidos? 

Carlos Manuel de Céspedes no, ni la inmensa mayoría de los que se alzan, pero en la región camagüeyana había alguna influencia de gente que había tenido ideas anexionistas, pienso que fundamentalmente por odio a España. En ese momento influía el hecho de que en Estados Unidos acababan de abolir la esclavitud, después de una guerra sangrienta y había surgido una figura tan prominente y atractiva como Abraham Lincoln, asesinado más tarde. Cuando comienza nuestra primera guerra de independencia, en 1868, ese sentimiento anexionista no estaba totalmente erradicado en una parte de aquella gente, que veían en Céspedes una especie de caudillo. Era, por el contrario, un hombre extraordinario, patriótico, audaz y desprendido. Inicia la lucha antes de que lo arrestaran, libera a los esclavos, asume el cargo de General en Jefe y adopta una bandera muy diferente a la de Estados Unidos. Aquella gente era muy formalista. En plena guerra desigual reúnen un grupo constituyente, y se discute bastante, hasta la idea de la bandera. Por evidentes rivalidades y reservas de una parte de los constituyentes hacia Céspedes, se rechaza la bandera con la que él inició la lucha. 

Finalmente, la que se adopta es la que trajo Narciso López[10] el año 1850, muy parecida a la de Texas, con una estrella en un triángulo. Durante mucho tiempo en Cuba se consideró al general Narciso López como un héroe. Había sido uno de los jefes militares españoles que lucharon en la batalla de Carabobo, en 182 I , que selló la independencia de Venezuela tres años después. 

¿Combate iunto a Bolívar? 

No, Narciso López, destacado oficial del ejército español, lucha junto a los españoles, contra Bolívar. Regresa a España, después viene a Cuba y se marcha a Estados Unidos. Resultaba muy extraño que emergiera como libertador de Cuba al mando de una fuerza procedente de Estados Unidos, que siempre quiso devorar la isla. Narciso López organiza la expedición, financiado por los esclavistas del Sur, y de ahí su idea de una bandera inspirada en la de Texas. En medio de una gran confusión histórica fue la primera en enarbolarse en guerra contra el poder español; quedó como símbolo de una guerra por la independencia, cuando realmente era una guerra anexionista. 

La historiografía después descubre todo eso; pero durante mucho tiempo, incluso ya instaurada la supuesta república soberana de Cuba, se le atribuía a esa guerra un carácter patriótico. Como es obvio, ningún interés podían tener el imperialismo y sus aliados en esclarecer aquel episodio. 

En la Asamblea Constituyente de 1868-1869, cuando se crea el Parlamento —era un Parlamento ambulante en medio de una guerra irregular, ya se imaginará en qué complicada situación— se adopta esa bandera, y no la de Carlos Manuel de Céspedes. 

Sin embargo, en definitiva, esa bandera de dudoso origen se convierte en la actual bandera de Cuba. 

Sí, porque esa bandera se llena de gloria. Adoptada en aquella Constituyente, es la bandera de las heroicas luchas de nuestro pueblo, la gloriosa bandera de todos los cubanos a lo largo de más de 135 años de incesante batallar por la independencia ayer y el socialismo hoy. Ha sido lavada mil veces de aquel extraño origen por la sangre más pura y solidaria que se haya derramado nunca, gracias a la cual existe Cuba, enfrentada al imperio más poderoso que ha existido en la historia de la humanidad. Se convirtió en bandera nacional y presidió todas nuestras luchas hasta hoy. 

Si entiendo bien, muchos criollos cubanos no querían la independencia de Cuba, sino desligarse de España para integrarse corno un estado más a Estados Unidos, y en particular a los estados del Sur, antiabolicionistas y esclavistas. 

En Cuba lo que había era una sociedad esclavista, donde la gran mayoría de aquellos ricos eran esclavistas y proanexionistas temerosos de la abolición de la esclavitud. Era diferente en las zonas orientales, con excepción de Guantánamo, donde había esclavitud y fuerte. De modo tal que en los primeros años de la guerra, Maceo, aquel jefe negro que empieza a distinguirse, tiene que invadir Guantánamo bajo la dirección de Máximo Gómez y librar sangrientos combates contra las fuerzas españolas en las plantaciones de café para liberar a los esclavos. Han quedado muchos nombres franceses en Santiago de Cuba y en toda esa región, porque los esclavos recibían el nombre de los dueños de las plantaciones. De ahí la gran cantidad de apellidos franceses. 

Esa primera guerra de 1868 la pierden los patriotas. 

Así es, en definitiva por falta de unidad en la última etapa de la guerra. 

Aunque aquella guerra se pierde, usted dice que con ella empieza la Revolución Cubana. 

Ahí es donde nosotros decimos que comienza la Revolución. Para nosotros comienza la gran lucha. Y esa primera guerra dura muchos años, ¡diez años! Es increíble la resistencia ofrecida contra los españoles, que eran poderosos y tozudos, más una parte de los cubanos que estaban en contra de la independencia, aquellos que eran los dueños de las plantaciones, de modo tal que, aunque en Estados Unidos la liberación de los esclavos se produce en 1 862, aquí no fue abolida la esclavitud hasta 1886. Sin embargo, todos los esclavos liberados en la mitad oriental de la isla, dondequiera que llegaron las tropas patrióticas, desde Oriente hasta cerca de Matanzas, se unían a la guerra de independencia, dirigidos, en general, por personas que lógicamente tenían más preparación y más cultura. Hubo muchos oficiales brillantes de origen negro entre los jefes. Ya le hablé de Maceo, nacido en Santiago de Cuba, un hombre muy patriota, de humilde procedencia, que poseía especial capacidad de mando, gran inteligencia y un buen nivel cultural, a pesar de su muy modesto origen. 

Esa guerra tuvo también un carácter internacionalista. Venidos a veces de muy lejos, muchos extranjeros se unieron a las filas de los patriotas cubanos. Le podría citar, por ejemplo, el caso de Henry Reeve, a quien los mambises llamaban "El Inglesito" aunque era norteamericano, nacido en Brooklyn, Nueva York. Muy jovencito había peleado con las fuerzas de Abraham Lincoln contra los secesionistas del Sur, y después de la Guerra Civil vino voluntario a Cuba a luchar contra los esclavistas y los colonialistas. Aquí alcanzo el alto grado de Brigadier. Combatió a las órdenes de uno de nuestros grandes héroes, el general Ignacio Agrámente, y tras la muerte de éste, a las de Máximo Gómez, quien le tenía un gran aprecio por su valor y condiciones como jefe y combatiente. Después de siete años de heroico comportamiento en esa guerra cayó en combate contra los españoles en 1876, cuando tenía apenas 26 años de edad. 

¿Qué pasó después de esa guerra? 

Después de la Guerra de los Diez Años hubo un intervalo, estaba agotado el país. Después se produce una llamada Guerra Chiquita: algunos desembarcos y otras acciones. Pero no se contaba con fuerzas suficientes, la población y la economía no se habían recuperado de aquella destructora lucha de diez años. Y no es hasta 1895, 17 años después, cuando se inicia la segunda guerra. 

Cuyo protagonista principal es José Martí. 

Sí, Martí, que nace hace ciento cincuenta años, en enero de 1853. Al estallar la primera guerra de independencia, la de 1868, Martí tenía 15 años. Era hijo de un oficial español, un capitán del ejército. 

¿Que había participado en la guerra...? 

No, no había participado, pertenecía a la guarnición en La Habana. En el momento del nacimiento de su hijo no había guerra. Martí nace en 1853, y cuando comienza aquella guerra tenía 15 años. 

Poseía un talento singular. Aún adolescente, lo envían a prisión, le ponen grilletes y lo obligan a trabajar en las canteras. Tuvo un buen preceptor que se caracterizaba por sus ideas independentistas. Un milagro de hombre, con talento extraordinario. Lo tienen preso en las canteras, y escribe después cosas maravillosas: El presidio político en Cuba, por ejemplo. En España escribe La República española ante la Revolución cubana, porque se había producido un movimiento que establece en España una república, y aquella república mantenía una guerra sangrienta contra Cuba, un país que deseaba ser independiente. El analiza las contradicciones. El presidio político en Cuba, primero, y La República española... después, ¡qué documentos tan extraordinarios, a los 16 y 20 años, es increíble! 

¿Qué hace Martí después? ¿Se queda un tiempo en España? 

¿Después? Bueno, estudia allá. El no está en buenas condiciones físicas, desterrado, y se encuentra en el extranjero desde muy joven. Emigra después a México y Guatemala. Regresa a Cuba con la paz del Zanjón, que puso fin a la Guerra de los Diez Años, y tras un segundo destierro a España, en viaje hacia America Latina pasa por Francia e Inglaterra. Está también un tiempo en Venezuela. En 1880 llega a Estados Unidos. 

Se nota que siente usted por José Martí una gran admiración. 

El mérito de Martí, su mayor mérito es el siguiente: se acaba la guerra aquella que tuvo lugar entre 1868 y 1878, él es un joven intelectual y patriota, poeta, escritor, con ideas independentistas, tiene entonces sólo 25 años de edad al finalizar la contienda, y comienza a dar los primeros pasos en el camino que lo llevaría a la unión y dirección de los veteranos de aquella dura y gloriosa guerra de diez años. No hay nada más difícil en el mundo que dirigir a militares veteranos, sobre todo si quien pretende unirlos es un intelectual que ha vivido en España y que no ha estado en la guerra. Martí logró unirlos. ¡Qué talento y capacidad! ¡Qué pensamiento, qué firmeza, qué fuerza moral! Elabora una doctrina, desarrolla la filosofía de la independencia y un pensamiento humanista excepcional. Martí más de una vez habló sobre el odio: "No albergamos odio contra el español..." Era muy comprensivo en eso. 

¿Era su principal mérito? 

Su mayor mérito, desde mi punto de vista, es que logra unir y dirigir políticamente a generales famosísimos. Tenía mucho carácter, sabía discutir, y en cierto momento hasta rompe con alguno de ellos. Pero reúne a la emigración cubana, la organiza en un partido revolucionario, predica, recoge fondos, lleva a cabo un colosal trabajo concreto y multifacético. Desarrolla, además, una concepción integradora para América Latina. Era un gran admirador de Bolívar, un gran admirador de Juárez,[11] de todos los luchadores por la independencia de los pueblos latinoamericanos. Escribe que el día que llegó a Venezuela, antes de quitarse el polvo del camino lo primero que hizo fue visitar la estatua de Bolívar. Es una lástima que no se conozca mejor su pensamiento en el ámbito de "Nuestra América". 

Desde luego, después Martí fue siendo más conocido en Cuba. Había logrado unir a los prestigiosos generales de la gran proeza, hacerlos adherir a su causa y a su partido. Organiza la guerra y cuando ya va a comenzarla, le ocupan y confiscan el armamento en Estados Unidos. 

¿Y a pesar de todo mantiene el proyecto de empezar la guerra? 

Así es. Le han ocupado las armas y, a pesar de todo, da la orden y viene, no suspende la decisión de comenzar la lucha, ya estaba dada la orden. Y no le quedaban fondos, recaudó unos pocos, fue para Santo Domingo, se reunió con Máximo Gómez, el más destacado estratega militar. Maceo estaba en Centroamérica. Los principales jefes están por distintas partes, y algunos en Estados Unidos. Martí los organiza para que desembarquen. La guerra comienza por la zona de Matanzas, región de plantaciones cañeras y de muchos esclavos, y también por la región oriental, donde la tradición insurreccional permanecía viva. Martí va a Santo Domingo, redacta un manifiesto, el llamado "Manifiesto de Montecristi", en el que plasma las principales ideas programáticas de la revolución independentista. Con un esfuerzo tremendo, en el buque alemán "Norstrand", que iba de paso por allí, logra montarse y desembarcar en un bote una noche tormentosa. Lo hace por un lugar llamado Playitas, con seis personas, entre ellas Máximo Gómez. 

Los que vinieron de Centroamérica, como Maceo, también habían atravesado una situación muy difícil, tan difícil como la que atravesamos nosotros después del desembarco del "Granma" en 1956. Pero ya había antiguos combatientes. Y también grupos de represión de la población autóctona de la zona que habían sido muy adoctrinados por los españoles, eran temibles... Maceo se encuentra aislado después de su desembarco por Baracoa, pero logra llegar a las zonas próximas a Santiago, y cuando diez días después desembarcan Martí y Máximo Gómez ya Maceo tenía miles de hombres a caballo. 

¿Esa guerra, sus tácticas, sus técnicas de guerrilla, le sirvieron a usted de modelo en la Sierra Maestra después de 1956? 

En la guerra de 1895 a 1898, los cubanos se llegaron a enfrentar a más de 300.000 combatientes españoles. Fue una guerra tremenda, el Vietnam del siglo xix. Y los combatientes cubanos, los mambises, se vieron obligados a realizarla de forma irregular. En la concepción de aquella época, era preciso invadir las zonas ricas de Occidente. Los mambises iban quemándolo todo. En eso nosotros fuimos diferentes, porque hicimos una innovación adaptada a nuestras condiciones: no destruir la industria azucarera. Si tú destruyes esa industria, no tienes oportunidad de cobrar impuestos, ni de comprar suministros, y a veces hasta balas, armas, o emboscar una tropa que se mueve para cuidar la industria. Nosotros usamos otra concepción. La de aquellos combatientes, en 1895, era la tea: lo quemaban todo, caña y fábrica de azúcar. Así quemaron todos los centrales de un extremo a otro de la isla, porque del dinero del azúcar salían los fondos que financiaban la guerra española. Esta colonia le suministraba a España infinidad de recursos como principal exportadora del azúcar. Se exportaba a Estados Unidos, a Europa, a dondequiera, y la concepción de aquellos combatientes era destruir esa fuente. 

Lo que nosotros hicimos fue no quemar los centrales azucareros y cobrar el impuesto cuando pudimos cobrarlo. Al final, cobramos tantos impuestos que cuando se acabó la guerra disponíamos de aproximadamente 8 millones de dólares en efectivo. Algunos propietarios acabaron de pagar después; pero pagaron. Los centrales azucareros eran, además, casi la única fuente de empleo y subsistencia de la masa de obreros y campesinos que nos apoyaban. 

¿En la guerra de 1895, hay rivalidades entre Martí y los otros jefes, Maceo o Máximo Gómez? 

Martí describe toda la odisea de la preparación y del comienzo de esa guerra. Escribía en su diario de campaña cada detalle. Fue una maravilla lo que escribió. Y es necesario que le añada esto: al considerar Maceo que no eran suficientes los pocos fondos que le enviaban para desembarcar en Cuba, Martí se ve en la necesidad de asignar a otro jefe la tarea de organizar la expedición con los recursos disponibles. Maceo viene de esa forma, aunque era el jefe más destacado, el de mayor experiencia, el de más prestigio. Desembarca, como le dije, por Baracoa, bajo la jefatura de Flor Crombet, designado provisionalmente por Martí, y lo hace en condiciones muy difíciles; pronto se pone a la cabeza de miles de hombres. Sobre el terreno, él es quien controla la situación. 

Era difícil persuadirlo de que Martí había actuado correctamente ante la desesperada carencia de recursos, en un minuto crítico y decisivo. Llegan Máximo Gómez y Martí al campamento. Maceo los recibe, pero eran casi unos invitados. Hay un momento, y lo escribe Martí en su diario, en que Maceo se siente amargado. El primer día que llegaron duermen fuera del campamento; después entran, discuten, y parece que fueron agrias las discusiones. Martí cuenta que Maceo se queja. Todavía le quedaba un poco de disgusto. Pero finalmente acepta la decisión. Era un hombre honesto, noble y disciplinado, y lo siguió siendo todo el tiempo. 

¿Martí participaba en la lucha? ¿Como intelectual, tenía alguna experiencia del combate militar? 

Como es lógico, por las causas que le indiqué no tuvo posibilidad de vivir esa experiencia. A los pocos días de salir del campamento de Maceo, el 19 de mayo de ese año 1895, se produce un combate sorpresivo. Una columna española se mueve y sostiene un encuentro, no muy lejos de donde está Martí, ansioso por combatir. Máximo Gómez, con autoridad de militar experimentado, viejo combatiente de muchos años, de cierta forma brusca, le dice a Martí: "Usted se queda aquí", y lo deja con un joven ayudante. Es como decirle a un hombre de tanto pundonor como Martí: "Mire, usted no sabe nada de esto, quédese ahí." A mí me pasó algo parecido en Bogotá en el año 1948. Yo había estado ya en más acciones de combate y de peligro que aquellos militares que me dijeron aquello. 

En 1948, cuando mataron a Gaitán[12] Sí, a mí también me dijeron algo parecido a lo de: "Usted quédese aquí." Eran militares cubanos de visita en Colombia alojados en el Consulado, a cuya entrada se acababa de producir un tiroteo. Pero ésa es otra historia. 

La gente recibía a Martí con mucha simpatía, lo llamaban Presidente: "Viva el Presidente. ¡Viva Martí!" Él hablaba con la gente, lo conocían mucho, él había organizado todo aquello, y lo llamaban Presidente, no había otro. Los detalles de los hechos que precedieron a su muerte se conocen por lo que Martí escribió o por lo que contó el ayudante que lo vio morir. 

¿Y eso no le gustaba a Máximo Gómez? 

No se trata de eso. El general en jefe, de origen dominicano, Máximo Gómez, era un hombre honorable, excepcional, de mucho rigor y disciplina, pero de muy mal genio. Y él dijo por aquellos días, refiriéndose a Martí, quien lo escribió en su diario: "No me le llamen Presidente —como temiendo que lo echaran a perder—, no lo permitiré. Mientras yo viva, Martí nunca será Presidente." No cito el texto exacto, sino lo esencial que recuerdo. Lo dice también porque no tiene muy buena opinión del cargo de Presidente de la República en Armas, porque en medio de la guerra consideraba impracticable ese cargo sin ningún tipo de sede posible. Él veía a Martí como un hombre de especial pureza. 

Cuando ese día de mayo de 1895 se produce casualmente un combate, le dice a Martí que se quede allí con un ayudante, llamado Ángel de la Guardia. Martí no se queda, invita a su joven ayudante diciendo: "Joven, ¡cargamos!", y lanza su caballo por su propia cuenta en dirección a las poderosas fuerzas españolas atrincheradas en un establecimiento ganadero. Murió casi en el acto. 

De la Guardia lo cuenta en una valiosa memoria publicada después de la guerra. Antes de partir al combate, Martí está escribiendo en su diario y redactando una carta a Manuel Mercado, un mexicano que fue su gran amigo durante muchos años. En esta carta, que queda inconclusa, es donde confiesa: "Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber —puesto que lo entiendo y tengo ánimos con qué realizarlo— de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso." Y después añade: "En silencio ha tenido que ser, y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin." Cita textual. Lo dice en esa última e inconclusa carta. 

Es lo último que escribe Martí. 

Es extraordinario lo que dice: para evitar, con la independencia de Cuba y Puerto Rico, que los Estados Unidos caigan con esa fuerza más sobre los pueblos de América. "Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso", y añade: "En silencio ha tenido que ser." Y explica por qué. Ésa es la herencia increíble que nos deja aquel hombre a los revolucionarios cubanos. 

Son frases que parecen haberle marcado. ¿Usted también las ha hecho suyas, como proyecto político? 

Sí. Yo empiezo a adquirir una cultura política, así, con esas palabras, prácticamente después que termino el Bachillerato, porque todo ese tiempo estudié en colegios religiosos a los que me enviaron mis padres: La Salle, de origen francés, primero, hasta la mitad de quinto grado; Dolores, de los jesuítas, hasta que concluyo el segundo año de Bachillerato, y Belén, en La Habana, también de los jesuítas españoles, cuando estaba recién finalizada aquella terrible Guerra Civil española, en la que se fusilaron unos a otros. 

Cuando termino el Bachillerato, he leído, tengo grandes simpatías por los patriotas cubanos, por sus luchas. A uno le enseñan un poco de esas cosas. Pero, como a esta república, según se decía, la habían independizado los norteamericanos, yo no estaba en condiciones de saber cuál fue el papel concreto de los patriotas en nuestras guerras de independencia. 

Sí iba, en Santiago de Cuba, a ver el Castillo del Morro y la bahía, al Sur de la cual se dio la batalla naval famosa entre las escuadras de Estados Unidos y España.[13] Yo no podía saber cómo fue, ni los porqués de aquella intervención. Sí veía enormes proyectiles de cañón en distintos lugares, que estaban como recuerdo de los bombardeos —después eso lo tuve que aprender—; pero no habría podido entender qué tipo de guerra había sido ni por qué. Un alumno de cuarto, quinto o sexto grado que no tuviera un preceptor, que no tuviera alguien que le explicase, no estaba en condiciones de conocer aquello. 

Pero ya adolescente, usted empieza a leer a Martí y a comprender su importancia política. 

Lo primero que leo en mi adolescencia es acerca de las guerras de independencia y los textos de Martí. Me convierto en un simpatizante de Martí cuando comienzo a leer sus obras. Así como Bolívar intuyó en 1823 el imperialismo cuando escribió aquello de que "los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad", Martí lo avizoró. El primero que habló de imperialismo fue Martí, del naciente imperialismo. Él sí sabía del expansionismo, de la guerra de Estados Unidos contra México y de otras guerras. Era muy opuesto y muy crítico de la política exterior de Estados Unidos. Fue un precursor. Antes que Lenin, Martí organiza un partido para hacer la revolución, el Partido Revolucionario Cubano. No era un partido socialista, puesto que ésta era una sociedad esclavista donde un puñado de hombres libres y patriotas estaba luchando por la independencia. Sin embargo, tenía un pensamiento muy avanzado, antiesclavista, independentista y profundamente humanista. 

¿Martí había leído a Marx? 

Parece que algo leyó de Marx, porque en sus obras habla sobre él. Tiene dos o tres frases magníficas, cuando menciona a Marx, y una de ellas, recuerdo ahora, dice: "Puesto que se puso del lado de los pobres, merece honor."[14] Así, hay otras frases que son elogiosas de Marx. 

¿Piensa usted que las tesis de Marx pudieron influir de alguna manera en el pensamiento de Martí? 

La teoría de Marx parte del desarrollo de las fuerzas productivas en los países capitalistas más avanzados. Estima que el surgimiento de la clase obrera sepultaría aquel sistema capitalista. El escribía esto cuando, precisamente, Estados Unidos invade a México, y se anexiona Texas, en 1845. Y Marx escribe, según me han dicho, que él considera positiva aquella anexión, puesto que eso contribuiría al rápido desarrollo de las fuerzas productivas, de la clase obrera, de las contradicciones y de la crisis que conduciría al socialismo. Ése era su esquema. Del problema de las colonias no se hablaba en aquella época. Lenin es el primero que aborda la cuestión desde un enfoque socialista. 

¿Qué influencia tuvo Marx sobre Martí? No sé si incluso los más expertos en el pensamiento martiano conocen lo que él llegó a saber de Marx, pero sí sabía muy bien que éste era un luchador en favor de los pobres. Acuérdese que Marx estaba luchando por la organización de los obreros, fundando la Internacional Comunista. Y Martí seguramente lo conoció, aunque aquellos debates giraban casi exclusivamente en torno a Europa, y Martí estaba luchando por la independencia de un país colonizado y esclavista. 

Una de las cosas que más impactó en Martí fue el fusilamiento atroz e injusto de los ocho estudiantes cubanos de Medicina en 1871. Él tenía entonces —cuando los fusilan, el 27 de noviembre de 1871— sólo 18 años. Escribió un poema maravilloso, además de los escritos que le mencioné: A mis hermanos muertos el 27 de noviembre. Él conoce también la ejecución de los obreros mártires de Chicago, aquel Primero de Mayo de 1886 que por esa razón se convierte en el Día Internacional de los Trabajadores. Martí lucha, inicia su guerra en 1895 y muere en mayo de ese año. 

¿Muere en acción de guerra, combatiendo? 

Muere en combate, él, que era intelectual, con una convicción profunda. 

Él soñaba. ¡Qué admiración sentía por los luchadores cubanos por la independencia! Conmemoraba los 27 de noviembre y los 10 de octubre, fecha esta última en que se inició la primera guerra de independencia en 1868. Es el escritor, casi el biógrafo, el apologista de todos aquellos grandes patriotas. Con un estilo muy especial. Sus propios discursos no son fáciles de comprender, un río de ideas que se precipitan al brotar de sus labios. Yo a veces lo he expresado de la siguiente forma: "Una catarata de ideas en un pequeño arroyo de palabras." El introducía en ellas el universo, frase tras frase: era el estilo de sus discursos. Y tiene discursos famosos, sobre todo los que pronunciaba en cada una de las efemérides más trascendentes. Como en todo pensamiento humanista occidental, hay en é1 un contenido de ética cristiana. Era un hombre de gran ética, Los mejores valores éticos cristianos habían influido en él notablemente, junto a la tradición heroica de las guerras de independencia de este hemisferio, las luchas en Europa y la Revolución Francesa. Era periodista, escritor, poeta, estadista, visionario. Organiza el Partido —le digo, antes de que Lenin organizara el suyo— para dirigir la lucha por la independencia lidiando contra corrientes anexionistas que todavía existían; luchando igualmente contra corrientes autonomistas que no se atrevían a pronunciar la palabra independencia, y tiene fuertes polémicas con los voceros le estas corrientes. Hombre de paz, de sinceros sentimientos de paz; era partidario de la guerra, pero llamaba a una "guerra necesaria y rápida", quería organizaría de forma que hubiera el menor número de víctimas. Desde luego, era antiesclavista y antirracista a ultranza, escribió maravillas sobre eso. 

Era partidario de una República "con todos y para el bien de todos": cubanos, españoles y de etnias diferentes. Su manifiesto es formidable promesa de futuro, el que suscribe junto al que iba a ser el jefe militar, Máximo Gómez, allá en Santo Domingo: expresa su pensamiento de lo que debía ser la República, lo más avanzado que en aquellas circunstancias podía concebirse. Pero no se puede afirmar que era marxista. Sin duda un simpatizante de los trabajadores, y por ello un admirador de los objetivos de Marx, puesto que merecía honor por ponerse del lado de los pobres. 

Conocía de todo, de economía incluso, con admirable profundidad. Hay escritos suyos, artículos profetices, cuando Estados Unidos, por primera vez, propone una especie de ALCA,[15] una comunidad económica con América Latina. No sé si usted los conoce, usted que tanto ha escrito sobre la globalización neoliberal y el ALCA. Es que Martí luchó contra una especie de ALCA equivalente para aquella época y explicó con sabiduría infinita por qué no les convenía a los países de América Latina esa comunidad económica, por qué no convenía esa alianza, esa asociación con un país que era mucho más desarrollado. 

Martí rechaza, de antemano, una zona económica de libre cambio. 

Martí hace artículos formidables que se podrían reeditar ahora para combatir el plan yanqui de anexión, para que usted vea las profundas raíces de ideas actuales. Ya con esto le digo cuan universal era su pensamiento. 

Él, además, no sólo pensaba en la independencia de Cuba sino también en la de Puerto Rico, ¿verdad? 

De ambos. Su objetivo era la independencia de las dos islas. Surgieron obstáculos increíbles y no imaginados, próximo a dar la orden de iniciar la guerra, cuando ya tenía calculada la fecha y adquiridas las armas, con mucho sacrificio, con dinero que recaudó entre los obreros de Tampa. Martí era un líder de los obreros cubanos de su época, y un ídolo de los tabaqueros de Tampa, los principales contribuyentes a los fondos para la independencia. 

Esos tabaqueros eran cubanos emigrados que estaban trabajando en la Florida. 

Cubanos trabajando allá por una u otra causa. Era muy sólida su autoridad entre los emigrantes y especialmente con los de esa ciudad, especializados en torcer tabaco cubano; enviaban el tabaco en rama desde Cuba y ellos lo torcían en la Florida. Muchos de sus discursos los pronunció allí; la base de su partido fue obrera, fundamentalmente aquella gente. Aunque allí no cabía hablar de una república socialista, su programa era lo más humano y lo más avanzado de su época. Si usted sigue la línea de aquel pensamiento, termina con un programa socialista. Es lo que digo también del Nuevo Testamento y la prédica cristiana. Con las prédicas de Cristo se puede elaborar un programa socialista radical, sea usted creyente o no. 

En particular con el Sermón de la Montaña[16] 

Los sermones, las parábolas y los pensamientos de Cristo fueron recogidos, según la Biblia, por unos pescadores que no sabían leer ni escribir. Yo a veces digo: Cristo convirtió el agua en vino y multiplicó los peces y los panes; eso mismo es lo que queremos hacer nosotros, multiplicar los peces y los panes[17] El rico Epulión le pagó lo mismo al que trabajó cuatro horas que al que trabajó ocho,[18]una distribución comunista, ni siquiera socialista. Bueno, hasta Cristo usó la violencia en determinado momento, cuando azotó a los mercaderes y los expulsó del templo.[19] Surgieron, sin embargo, algunas corrientes que, desde luego, no tenían finalmente mucho de cristianas, porque se aliaron a los ricos 

En el fondo, usted es un gran cristiano. 

No hace mucho yo le decía a Chávez, el presidente de Venezuela —porque Hugo Chávez es cristiano creyente y habla mucho de eso—: "Si me llaman cristiano, no desde el punto de vista religioso, pero sí desde el punto de vista social, afirmo que yo también soy cristiano", a partir de las convicciones y los objetivos que sustento. 

Fue la primera doctrina que surge en aquella época, en aquellos tiempos, que son tiempos bárbaros, y brota de ella un conjunto de preceptos muy humanos. No hay que ser cristiano, en el sentido religioso, para comprender los valores éticos y de justicia social que aportó aquel pensamiento. 

Claro, yo soy socialista, soy marxista y soy leninista, no he dejado ni dejaré de serlo nunca. 

Y martiano también, claro... 

Por supuesto, primero fui martiano y después fui martiano, marxista y leninista. 

¿Usted se inscribe en la prolongación del pensamiento de Martí? 

Mi primer pensamiento político fue el de Martí; pero ya cuando el ataque al Moneada, en 1953, había leído lo suficiente sobre el socialismo, tenía un pensamiento martiano desarrollado y además ideas socialistas radicales, un pensamiento que he sostenido después firmemente a lo largo de toda mi vida. Por eso, cuando usted dice que la Revolución comienza el 26 de julio de 1953, nosotros decimos que comienza el 10 de octubre de 1868 y se prolonga a lo largo de la historia. 

Le he explicado el papel de Martí y por qué nos convertimos nosotros en martianos. Perdóneme que me haya extendido tanto, pero ya que abordamos el tema tenía que decir algunas cosas.

 

(Tomado del libro "Cien Horas con Fidel, conversaciones con Ignacio Ramonet", editado por Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, Tercera edición, La Habana, 2006, páginas 31-55)  ©

 

 

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