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							LAS CRISIS MIGRATORIAS CON ESTADOS UNIDOS 
							
							
							  
							
							
							
							LOS ACUERDOS CON REAGAN – CAMARIOCA – MARIEL – 
							LOS “BALSEROS” – EL NAUFRAGIO DEL 13 DE JULIO DE 1994 – 
							LOS DISTURBIOS EN LA HABANA DEL 5 DE AGOSTO DE 1994 – 
							LA LEY DE AJUSTE – EMIGRANTES Y “REFUGIADOS” 
							  
							  
							
							
							
							Quisiera que abordásemos ahora un problema casi 
							permanente que tiene Cuba con la personas que 
							quieren marcharse —por razones políticas o por 
							razones económicas— y que le ha causado fuertes 
							tensiones con los Estados Unidos, o sea lo que se ha 
							llamado las "crisis migratorias". Me imagino que, 
							aun antes de la Revolución, siempre hubo gente que 
							deseaba marcharse a Estados Unidos, ¿no?  
							
							
							Había mucha gente —era tradición— que siempre quería 
							ir allá; estaba idealizado ese país, por las 
							películas, también después por la guerra mundial. En 
							1958, la población cubana registrada oficialmente en 
							Estados Unidos alcanzaba va la cifra de unas 125 mil 
							personas, incluyendo a los descendientes. Eso era 
							antes de 1959, no hacía tanto tiempo que había 
							pasado la guerra, el fascismo, eí Holocausto,y todas 
							esas cosas... Ellos daban alrededor de 2 mil ó 3 mil 
							visas, si acaso, al año. El poder, las riquezas, 
							mucha gente educada en la idealización de los 
							Estados Unidos, y, sobre todo, la idealización —acuérdese 
							que es importante— del automóvil, de los recursos, 
							de los salarios, de todo eso, en una población en 
							Cuba que no tenía una educación y donde había un 30 
							por ciento de analfabetos y semianalfabetos.   
							
							
							Ese país ejercía una enorme atracción. Y a partir 
							del triunfo de la Revolución, el tema migratorio, en 
							especial hacia los Estados Unidos, recibe un impacto 
							trascendental. Con ese país se establecen entonces, 
							con relación a este tema, nuevas y conflictivas 
							relaciones. Se estima que, entre 1959 y 1962, se 
							marchan a Estados Unidos más de 270 mil personas, 
							entre ellas miles de médicos, ingenieros, maestros, 
							profesores, cuadros técnicos... Y una parte de los 
							primeros 70 mil que se van lo hacen sin mediar 
							trámites migratorios. Acuérdese que Estados Unidos 
							había roto sus relaciones diplomáticas con nosotros 
							en 1961.  
							
							
							
							¿El primer acuerdo migratorio ustedes lo firmaron 
							con la administración Reagan?  
							
							
							Sí, con Ronald Reagan hicimos el primer acuerdo, se 
							suscribe en diciembre del año 1984. Él fue flexible 
							en eso, por su interés de devolver a los "excluibles". 
							Reagan estaba interesado en un acuerdo sobre los 
							llamados "excluibles", gente que se había marchado 
							por el puerto de Mariel en 1980 y que ellos querían 
							devolvernos, una lista de los que habían cometido 
							delitos allá, y estaban allí detenidos. Entonces, 
							aceptamos, les dijimos: "Pongan la lista de 
							excluibles." Habíamos hecho un acuerdo, en realidad, 
							para ese problema. Un número de "excluibles", con 
							nombres y apellidos, dos mil y tantos, y, entonces, 
							ellos darían hasta 20 mil visas al año, como un 
							elemento a cambio.  
							
							
							Se llegó a un arreglo, y nosotros aceptamos recibir 
							a los "excluibles". Todavía algunos están viniendo, 
							de aquella lista, eran dos mil y pico, cumplen su 
							pena de prisión allí y luego los mandan para acá.  
							
							
							Después de aquellos acuerdos se crea una situación 
							tensa que los paralizaron un tiempo, en 1986 y 1987. 
							Eso coincide con una acción, la creación de "Radio 
							Martí". Son muy pocas las veces en que ellos hayan 
							actuado de buena fe. Después se volvieron a reanudar 
							los acuerdos, se restablecieron porque seguía eí 
							problema, y había que encontrar un medio para evitar 
							las salidas ilegales.  
							
							
							
							El acuerdo no era malo, pero ellos no lo cumplieron, 
							y, realmente, todavía en ese período no se había 
							tomado toda la conciencia del papel nefasto de 
							aquella Ley de Ajuste,[1] que fue siendo interpretada, 
							interpretada e interpretada, para añadirle cosas.  
							
							
							
							¿Qué cosas?  
							
							
							Bueno, antes, por ejemplo, los que se iban 
							ilegalmente tenían que esperar un año para solicitar 
							la residencia permanente en Estados Unidos y, además, 
							para trabajar había todo un trámite... Pero después 
							eso ha ido evolucionando, a través de sucesivas 
							interpretaciones y adiciones, no como ley sino como 
							práctica, y han hecho todavía más grave aquella 
							política,  
							
							
							Luego ellos cometieron la provocación de la llamada 
							"Radio Martí", y todo eso obstaculizó la primera 
							etapa del primer acuerdo con Reagan; estuvo 
							suspendido dos años, como te dije, 1986 y 1987. 
							Después, de común acuerdo, se restablece, y ellos 
							están mandando para acá a los que tienen que mandar 
							y nosotros estamos recibiendo a todos los que están 
							en la lista de los "excluibles". Pero después, el "hasta 
							20 mil visas" se convierte en apenas mil...  
							
							
							Y esa frase que había quedado —"Hasta 20 mil por año"— 
							constituyó un engaño, porque lo más que
							
							
							
							llegaron a dar fueron unas mil y tantas visas, unas 
							1.200 por año; después bajaron de mil.[2] Es decir, 
							estaban muy por debajo de los 20 mil. En esas 
							circunstancias se produce la crisis migratoria 
							después del 5 de agosto de 1994[3] que provocan 
							ellos, realmente.  
							
							
							
							Ese día 5 de agosto se produce un grave disturbio en 
							un barrio popular de La Habana.  
							
							
							Sí. En aquellos días, Clinton era presidente. Por 
							"Radio Martí" habían anunciado que venían unos 
							barcos a La Habana a buscar gente, y todos conocían 
							que la regla establecida por nosotros desde el 
							principio, casi desde muy al principio, era que un 
							barco que estuviera navegando, secuestrado, aun 
							dentro de la bahía de La Habana, nosotros no 
							intentábamos interceptarlo para evitar accidentes.  
							
							
							Y con motivo de aquella situación es que se producen 
							esos sucesos del 5 de agosto de 1994, el disturbio 
							aquel.  
							
							
							
							Al parecer, usted mismo acudió en persona para 
							calmar a los amotinados. ¿Es cierto?  
							
							
							
							Sí. Yo mismo fui, y allí no se empleó un policía ni 
							un carro de bomberos. Fui yo con la escolta, y orden 
							de no disparar, sencillamente. Cuando me entero de 
							aquello digo: "No se mueva nadie", ni tropas, ni 
							soldados. Me llevé a Felipe Pérez Roque,[4] después 
							Carlos Lage[5] nos buscó y se incorporó por el 
							camino. Porque aquellos elementos, al ver que los 
							barcos no llegan, se irritan, empiezan a tirar 
							piedras, a romper algunas vidrieras. Y así es como 
							se va produciendo un tumulto ya, rompiendo vidrieras, 
							rompiendo cosas, atacaron a alguna gente.  
							
							
							
							¿Era la primera vez que eso se producía en Cuba?  
							
							
							La primera. Es el único tumulto que se ha creado en 
							46 años, y en aquellas condiciones del "período
							
							
							especial", con la situación económica difícil y el 
							engaño de que los iban a ir a recoger, y la Ley de 
							Ajuste, todo eso se concentró en ese momento. El no 
							cumplimiento de un acuerdo que se había suscrito con 
							Reagan después de la crisis migratoria del Mariel 
							famoso, en 1980. Nosotros hemos tenido que forzarlos, 
							los norteamericanos cerrando y nosotros abriendo 
							puertas. Esa ha sido la historia.  
							
							
							
							¿Esa Ley de Ajuste, cuándo la promulgaron en Estados 
							Unidos?  
							
							
							La Ley de Ajuste se promulgó en 1 966, después de lo 
							de Camarioca, en la provincia de Matanzas. En virtud 
							de la crisis de Camarioca de octubre de 1965, todos 
							los que querían salir del país, tenían el pasaje 
							gratis. Eso fue tres años después de la Crisis de 
							Octubre, porque ellos, a raíz de la Crisis de 
							Octubre, pararon los viajes. No había líneas de 
							transporte entre Cuba y Estados Unidos.  
							
							
							Antes de la Crisis de Octubre ya alentaban mucho a 
							la gente a marcharse; entre 1962 y 1965, estimamos 
							que, de manera ilegal, habían salido de Cuba unas 30 
							mil personas; y habían hecho la Operación Peter Pan, 
							de que ya le hablé, en que se llevaron a 14 mil 
							niños.  
							
							
							
							¿Eso se acelera después de que ustedes declaran el 
							socialismo en Cuba?  
							
							
							Lo del socialismo se plantea el 16 de abril de 1961, 
							casi dos años y medio después del triunfo de la
							
							
							Revolución, cuando estábamos enterrando a los que 
							murieron en el bombardeo previo a la invasión de 
							Playa Girón, con aviones de guerra norteamericanos 
							tripulados por pilotos norteamericanos pero que 
							traían insignias cubanas... Allí es cuando se habla 
							de socialismo por primera vez.  
							
							
							Hay que entender que el país se hizo socialista por 
							las leyes revolucionarias. Todo empezó por los 
							hechos. Primero Batista y los terrores, y después 
							ejército y policía disueltos. Eso le gusta a 
							cualquier país latinoamericano, aunque no haya 
							Revolución ni nada: ladrones, con bienes mal habidos. 
							Se juzgaron, se confiscaron los bienes mal habidos... 
							Pero aún no había una conciencia socialista, sobre 
							eso se puede hablar largo, de cómo se fue creando 
							esa conciencia.  
							
							
							
							Sigamos por el momento con la cuestión de los 
							problemas migratorios. Usted me estaba diciendo que 
							los Estados Unidos decidieron, después de la Crisis 
							de Octubre, suspender los viajes.  
							
							
							Sí, paran todos los viajes, cortan los viajes en 
							1962. Ya no había posibilidad de viajar y muchas 
							familias separadas, entre ellos los 14 mil niños... 
							Hubo muchos de los padres que cuando mandaron para 
							allá a sus hijos todavía creían que la Revolución se 
							caía, y muchos quedaron separados para siempre.  
							
							
							
							La primera crisis migratoria se produce, dice usted, 
							en Camarioca, ¿en qué circunstancias?  
							
							
							Camarioca fue lo primero, fue en octubre de 1965, 
							por lo que le digo, que cortaron los viajes, no 
							dejaban salir. Entonces empiezan las salidas 
							ilegales y los problemas y la propaganda. Los que 
							estaban allí —ya se habían ido unos cuantos, le dije—, 
							tenían recursos, porque los primeros que se fueron 
							eran los jefes con dinero; los más pobres todavía no 
							conocían el camino; se fueron, ya le cité, 
							profesionales, médicos, obreros calificados, 
							maestros, etcétera. Y nosotros aguantando aquí. Pero 
							cortan la posibilidad de viajar cuando la Crisis de 
							Octubre, y se empiezan a producir todos estos 
							problemas de la separación, y las salidas ilegales 
							con el peligro, los accidentes... Entonces dijimos: 
							"No, no hace falta que corran riesgos, vengan a 
							buscarlos", y habilitamos un pequeño puerto, 
							Camarioca, cerca de Varadero. Vinieron hasta mil 
							barcos, porque tenían una confianza ciega cuando 
							dijimos: "Pueden venir, y pueden irse". Entre 
							octubre y noviembre de 1965, por Camarioca, salieron, 
							libremente, unas 300 mil personas,  
							
							
							
							¿Eso paró por un tiempo las salidas ilegales?  
							
							
							Sí. Había que parar. Sin un golpe y sin el menor 
							problema se paró el tráfico aquel, porque esta gente 
							actúa en sintonía, aunque tengan otros intereses, 
							como el de irse, aunque no haya una conciencia 
							patriótica, pero confían. Entonces se llegó a un 
							acuerdo: todas las personas que soliciten, que 
							tengan idea de viajar a Estados Unidos, pueden 
							hacerlo. Conseguimos nosotros el permiso para cerca 
							de 300 mil. Nosotros, la Revolución en primer lugar, 
							hemos sido los que hemos conquistado las visas para 
							que esa gente se pudiera marchar. Estuvieron tres 
							años llevándose a gente, desde 1962 a 1965. Y, bueno, 
							luego casi 300 mil personas se marcharon por 
							Camarioca. Recuerdo que se llevaron obreros, incluso... 
							El país aguantó.  
							
							
							Lo que pasó fue que tuvieron más gente allá, y luego 
							las aspiraciones del familiar que se quedó... Se 
							fueron también en aviones, seguros, se creó un 
							puente aéreo, no hubo una sola víctima y emigraron 
							por esa vía, conquistada por nosotros, mediante la 
							operación de Camarioca, ya le digo, unas 300 mil 
							personas. Eso fue en octubre de 1965. Y los 
							norteamericanos un poco después, en noviembre de 
							1966, no sé ni por qué... adoptaron la Ley de 
							Ajuste.  
							
							
							Sobre esta Ley de Ajuste va adquiriéndose conciencia 
							de lo que era y de las consecuencias que tenía 
							cuando va pasando el tiempo. Es por eso que en 
							ninguno de esos momentos se plantea que quiten esa 
							ley.  
							
							
							
							Luego, en 1980, se produjo la crisis de Mariel...  
							
							
							Mariel fue la segunda crisis, después de lo de las 
							embajadas. Después de un incidente de penetración 
							forzosa en la Embajada de Perú, en el que es 
							asesinado el custodio cubano de la Embajada, y la 
							decisión peruana de no entregar al asesino, nosotros 
							decidimos retirar la custodia en la Embajada de Perú 
							y se metieron allí unas 10 mil personas, en 
							su mayoría lumpen. Habilitamos el puerto de Mariel y 
							retiramos toda restricción a los que quisieran 
							emigrar. Dejamos venir los barcos de allá a 
							buscarlos. Se creó como un puente marítimo y más de 
							1OO mil personas se trasladaron a La Florida.  
							
							
							Lo decidimos y lo resolvimos nosotros, como más 
							adelante resolvimos el problema de los secuestros de 
							aviones norteamericanos, con un sentido de 
							responsabilidad, porque se había demostrado que 
							condenar a los autores de esos secuestros a veinte 
							años de prisión no los frenaba. Y pudimos comprobar 
							que también las personas que secuestraban aviones en 
							Estados Unidos eran personas desequilibradas. No 
							recuerdo ningún caso de carácter político de alguien 
							que haya secuestrado un avión de Estados Unidos para 
							Cuba. Era, más o menos, gente con el mismo tipo de 
							problema de los que lo hacen aquí para irse allá.  
							
							
							Así que le digo, lo de Mariel lo paramos nosotros, 
							porque no queríamos contribuir al triunfo de la 
							derecha en Estados Unidos, por consideración al 
							presidente Cárter; unilateralmente y sin condiciones. 
							Permitimos que se traladaran unas 100 mil personas, 
							y luego cerramos la vía de Mariel. Pero de nuevo se 
							produjeron ios efectos de la Ley de Ajuste y la 
							incitación fundamental a la emigración ilegal.  
							
							
							
							La tercera gran crisis migratoria fue la de los "balseros" 
							en 1994.  
							
							
							Sí. En lo de I 994 ya ha ocurrido la crisis 
							soviética, el derrumbe de la URSS, el "período 
							especial", y en todo ese largo período los Estados 
							Unidos daban menos de mil visas anuales... ¿Se da 
							cuenta que las circunstancias van cambiando? No se 
							pueden ver así, rectilíneas.  
							
							
							Entonces, en ese período es cuando la Ley de Ajuste 
							se convierte en el vehículo para trasladarse a 
							Estados Unidos, y además, en un instrumento de 
							propaganda tremendo. En 1994, en el "período 
							especial", eran menos de mil los que salían 
							legalmente con visas y como cinco mil o seis mil que 
							se trasladaban ilegalmente para beneficiarse de la 
							Ley de Ajuste. Al incumplir ellos el acuerdo de 
							1984, el camino para quien quería emigrar a Estados 
							Unidos era la Ley de Ajuste. Pero los que se acogían 
							a esa Ley, como siempre, no era un maestro, un 
							trabajador, alguien sin antecedentes penales... La 
							gente con ese tipo de características no era la que 
							solía irse de forma ilegal, robando barcos y lanchas. 
							Los que lo hacían eran elementos de otro orden: 
							lumpen, gente fuera de la ley, esa categoría. Ésos 
							fueron los que armaron aquel disturbio en La Habana 
							en agosto de 1994.  
							
							
							
							Esos disturbios del 5 de agosto, habían sido 
							precedidos, el 13 de julio anterior, por un 
							incidente al que la prensa internacional dio mucho 
							relieve, el naufragio de un remolcador secuestrado 
							que causó muchas víctimas, y los acusaron a ustedes 
							de haber provocado esa tragedia. Eso dio lugar a una 
							gran campaña contra ustedes. ¿Recuerda usted como 
							fue aquello?  
							
							
							Sí. Le cuento. Antes de ese asunto del remolcador se 
							había producido un primer incidente en Cojímar, con 
							una lancha rápida, que en el mismo puertecito de 
							Cojímar se arrima a la orilla, y a la luz pública 
							recogieron a gente que emigraba así, ilegalmente, a 
							Estados Unidos. Una cosa inusitada, una lancha 
							norteamericana pegada a la costa...Eso ya fue grave, 
							porque los que estaban allí, unos policías, hicieron 
							algunos disparos a la lancha.  
							
							
							Después se había producido otro incidente cuando un 
							tractor que se llevaba un número de gente, al 
							acercarse a la orilla, un policía lo va a detener, y 
							le lanzan el tractor encima al policía. Esos dos 
							incidentes se habían producido. Entonces se dieron 
							órdenes terminantes de que no se tratara de 
							interceptar nunca una embarcación con personas.  
							
							
							Esos dos incidentes se habían producido, y entonces 
							se estableció esa regla. Después de los dos 
							incidentes, hay un momento, y creo que fue 
							efectivamente el 13 de julio de 1994, en que se 
							produce el asunto del que usted habla, que nuestros 
							enemigos han tratado de explotar mucho.  
							
							
							Un grupo de personas se ponen de acuerdo y hay un 
							lugar donde están los remolcadores que prestan 
							servicios a los barcos que entran en el puerto de La 
							Habana, y ese grupo secuestra un viejo remolcador 
							—era un remolcador de madera, apto solo para la 
							navegación de corta distancia en aguas interiores—, 
							se lo llevan de noche, rompen las comunicaciones. Y 
							los tripulantes, que eran tres o cuatro, de otros 
							dos remolcadores, indignados, irritados porque les 
							han llevado aquel remolcador, porque tienen eí 
							espíritu de cuidar su centro de trabajo, se montan 
							en otros dos remolcadores, por su cuenta, sin 
							comunicarse con nadie, porque no había ni teléfono 
							allí, y salen detrás del viejo remolcador que ya 
							había salido del puerto.  
							
							
							Ninguna autoridad está informada de nada. Debe haber 
							transcurrido... Bueno, tendría que precisar, 
							nosotros tenemos el informe completo de todo lo que 
							ocurrió aquella noche del 13 al 14 de julio. Cuando 
							se conoce, no sé si sería una hora después de aquel 
							momento, debe haber sido un poco más, porque tan 
							pronto se conoce, los guardafronteras mandan a una 
							patrullera a toda velocidad, no para interceptar el 
							barco que se fue, sino precisamente para ordenar a 
							los tripulantes de los remolcadores que lo 
							perseguían, y que se habían ido por su cuenta, que 
							regresaran.  
							
							
							Era una noche oscura, con olas. ¿Aquellos 
							tripulantes qué hicieron? Cuando están, seguramente, 
							a la vista — esos remolcadores caminan muy despacio, 
							son de cinco o seis millas por hora; ellos venían 
							siguiéndolos, pienso que como a las dos o tres horas 
							después los alcanzan—, se ponen a maniobrar para 
							hacer que el otro regrese. Pero va uno delante y 
							otro detrás, y es en esa situación en que se produce 
							un accidente: el que va detrás, un remolcador 
							metálico, va bastante cerca y en un momento dado una 
							ola provoca que choque con el viejo remolcador de 
							madera. Al chocar produce una brecha en el barco 
							secuestrado —iban más de 60 personas—, que empieza a 
							hacer agua y empieza a caer gente al agua.  
							
							
							El remolcador metálico, éste que choca —en él 
							viajaban tres o cuatro tripulantes, no eran más—, no 
							tiene medios para rescatar a los náufragos, pero 
							empiezan a rescatar gente y rescatan a algunos, 
							hasta el momento en que les entra temor de que el 
							número de los que han rescatado los secuestren a 
							ellos también. Ellos están en eso, y es la suerte 
							que ya la patrullera, a toda velocidad, llega 
							minutos después de que se produce el accidente.  
							
							
							
							¿Y qué ocurre entonces?  
							
							
							Los que chocaron salvaron a algunos; pero el grueso 
							de los que se salvan, alrededor de la mitad, unas 30 
							personas, los salva la patrullera, porque tienen 
							medios: salvavidas, sogas, todas esas cosas, para 
							sacar a la gente del agua, y logran sacarlos. Bueno, 
							la mayoría de los que se rescatan con vida los salva 
							la patrullera. Pero ése fue un accidente trágico, 
							una tragedia con unos 30 muertos, sumamente 
							explotado por los del Norte.  
							
							
							
							¿Ustedes consideran que fue un accidente? ¿El choque 
							ése no fue intencional?  
							
							
							No hay la más remota intención de parte de los que 
							los siguieron... Ellos fueron por su cuenta a tratar 
							de que viraran, lo hicieron por su cuenta, y es en 
							esa maniobra cuando se produce el accidente. Aquí se 
							abrió una investigación completa y esos tripulantes 
							lo que habían cometido, realmente, fue una 
							desobediencia. Ahora, ¿conocían ellos las órdenes? 
							Yo pienso que deben haberlas conocido, pero esas 
							órdenes no se les dan a los remolcadores. Los 
							guardacostas, ios jefes, los capitanes de cada una 
							de las patrulleras son los que tienen esas 
							instrucciones de nunca obstaculizar un secuestro 
							para evitar accidentes y víctimas.  
							
							
							Estos de los remolcadores, en su irritación, o por 
							su honor o lo que sea, hicieron el intento de que no 
							se escaparan, de devolverlos, de rescatarlos. Las 
							autoridades no tuvieron absolutamente nada que ver 
							con eso, sino, al contrario, salvaron a la mitad de 
							la gente. Pero usted comprenderá que eso se 
							convierte en materia prima para acusar al gobierno 
							de Cuba de haber provocado el hundimiento de una 
							embarcación donde había civiles y había mujeres, e 
							incluso niños, como suele haber en estas aventuras, 
							en las que montan a mujeres y a niños a pesar del 
							peligro. Eso ocurrió en julio de ese año 1994.  
							
							
							
							Ese naufragio aún se sigue citando en las críticas 
							contra ustedes.  
							
							
							Bueno, eso fue motivo de mucha publicidad en contra 
							de Cuba. Pero las instrucciones que tiene nuestra 
							gente son esas que te digo: que un barco que esté 
							navegando, secuestrado, aun en aguas nuestras, no se 
							intenta interceptarlo para evitar accidentes.  
							
							
							De ese accidente se hicieron investigaciones 
							exactas, y realmente los de los remolcadores no 
							tuvieron ni la menor intención, incluso salvaron 
							gente. Hubiera sido demagógico, injusto, sancionar 
							severamente a aquellos tripulantes por ese hecho.  
							
							
							
							¿Piensa usted que ese naufragio y esa campaña a
							
							
							la que dio lugar vinieron a cargar aún más la 
							atmósfera, el ambiente que había, y favorecieron los 
							disturbios del 5 de agosto?  
							
							
							Yo ya le mencioné eso. Los disturbios en La Habana 
							se producen porque desde la mal llamada "Radio Martí" 
							—cuesta mucho trabajo llamarle "Radio Martí" a esa 
							emisora—, hablan de que un grupo de barcos venían a 
							buscarlos ahí. Se reúne gente, lumpen por lo 
							general, porque en esas aventuras de asaltar un 
							barco en cualquier condición, de noche, aunque esté 
							malo el tiempo, como le dije, se mete gente de otro 
							tipo. No son personas que tengan una diferencia 
							política, digamos, o inconformidad con nosotros. Más 
							del 90 por ciento de los que han emigrado emigran, 
							como los mexicanos u otros, por razones económicas y 
							no porque no tengan empleo, o porque no 
							tengan educación, o porque no tengan servicios 
							médicos, o no tengan una cantidad de alimentos 
							asegurada a precios casi gratuitos.  
							
							
							
							¿Y por qué emigran entonces?  
							
							
							Emigran porque quieren un automóvil; porque quieren 
							vivir en una sociedad de consumo, muy publicitada. 
							Se les podría preguntar a los chinos también: ¿por 
							qué emigran? Todo el mundo habla de los grandes 
							avances que tiene China, reales, objetivos, mejorías 
							considerables, no sólo con la revolución tuvieron 
							tierras y otros muchos derechos y posibilidades, me 
							refiero a la China que avanza a un ritmo de 
							crecimiento de un 10 por ciento por año, y, sin 
							embargo, a cada rato viene un barco cargado con 800 
							o mil chinos que emigran clandestinos.  
							
							
							Hay una presión migratoria mundial, como la que 
							ustedes conocen en Europa, que de Argelia 
							emigran, de Marruecos emigran, de toda África 
							emigran. Según Europa, Marruecos es una maravilla, 
							un aliado; y sin embargo, los marroquíes cruzan por 
							el estrecho de Gibraltar y hay accidentes también, 
							aunque la distancia es más corta.  
							
							
							
							Hay muchos accidentes.  
							
							
							¿Allá?  
							
							
							
							Sí. Allá hay decenas de muertos cada año, por el 
							estrecho.  
							
							
							¡Ah!, ¿más que aquí?  
							
							
							
							
							Probablemente más.[6]  
							
							
							¿A pesar de lo cerca que están?  
							
							
							
							A pesar de eso.  
							
							
							
							Y los mexicanos, a pesar del TLC...[7] En la frontera 
							de México mueren va alrededor de 500 por año. No 
							sólo mexicanos, sino de América Central, que tratan 
							de ir a Estados Unidos, pero la mayoría son 
							mexicanos; otros tratan de ir por mar.  
							
							
							De Santo Domingo han emigrado, en los últimos veinte 
							años, más de un millón de dominicanos, y ésos van 
							por el canal de la Mona, que es muy peligroso, y hay 
							muchos que mueren. ¿Se da cuenta? Se meten en Puerto 
							Rico. Así que hay más de un millón de dominicanos 
							emigrantes. El ingreso más grande que tiene ese país 
							es el ingreso de las remesas.  
							
							
							
							¿Enviadas por los emigrantes?  
							
							
							Sí. Es mucho más que cualquier otro ingreso, más que 
							los salarios de muchas maquiladoras que hay allí en 
							Santo Domingo.  
							
							
							
							¿Ustedes reclaman la suspensión de esa Ley de Ajuste 
							por inhumana?  
							
							
							
							La 
							
							Ley de Ajuste ha ocasionado la pérdida de ni se sabe 
							cuántas vidas, miles de vidas. Nunca, incluso, 
							informan quién llegó allá, si alguien murió, ¡jamás! 
							Único país en el mundo. Si hicieran eso con 
							México... No pido Ley de Ajuste para los demás, 
							porque ésa es una ley asesina; pero sí planteo que 
							si se defiende, en virtud del neoliberalismo, el 
							libre tránsito de capital y de mercancía, debiera 
							permitirse, como tienen los europeos en el espacio 
							Schengen, el libre tránsito de personas. Es lo que 
							defiendo y defenderé, y no una Ley de Ajuste que 
							conduce a vías ilegales y produce la muerte de 
							muchas personas.  
							
							
							¿Cuántos están muriendo en este "muro"? Se hablaba 
							del "muro de Berlín", correcto, un acontecimiento 
							histórico. Todo el mundo, si quiere, puede 
							investigar cuáles fueron las causas, en qué 
							condiciones, los peligros de guerra allí en Berlín, 
							los tanques enfrentados unos a otros, la terrible 
							guerra ideológica y de propaganda entre el 
							consumismo y los países más atrasados de Europa 
							industrialmente.  
							
							
							Bien, no voy a discutir las causas que originaron en 
							1961 la construcción del muro de Berlín, pero me 
							puedo preguntar: ¿qué causas originan ese muro de 3 
							mil kilómetros entre México y Estados Unidos? Están 
							muriendo unas 500 personas cada año en la frontera 
							de México y Estados Unidos, en tierras que eran 
							también territorio hispánico, y donde no se sabe los 
							millones que hay, ¡ millones de ilegales! Incluso 
							algunos se separan de sus familias por mucho tiempo. 
							El ingreso más grande que tiene México, más que el 
							del petróleo, 10 mil millones de dólares por año, 
							proviene de las remesas de sus emigrantes. Y 
							mientras más peligrosa sea la frontera, menos van a 
							visitar a las familias; no pueden visitarse, hay 
							millones.  
							
							
							Los que quieren ir para Estados Unidos crecen en 
							razón directamente proporcional a la población, al
							
							
							desempleo y a la diferencia de salario que hay, de 
							quince veces, por lo menos, por el mismo trabajo, 
							entre el que trabaja en una maquiladora y el que 
							trabaja en Estados Unidos. De veinte veces entre los 
							que trabajan en alguna industria que no es 
							maquiladora —las maquiladoras pagan un poquito más— 
							y los que trabajan en Estados Unidos, y no sé si 
							treinta veces entre el salario que ganan en el sur 
							de México y el salario que ganan en Estados Unidos.  
							
							
							
							¿Los que se van de Cuba, dice usted, son emigrantes 
							económicos igual que los mexicanos, los dominicanos 
							o los argentinos?  
							
							
							Sí, usted me hizo una pregunta: ¿por qué emigraban? 
							Yo le decía que las emigraciones nuestras son como 
							las dominicanas, las mexicanas, países que no están 
							bloqueados, que no son socialistas, donde hay 
							automóviles a montones... Tienen muchas de esas 
							cosas de las sociedades de consumo, y no existe una 
							Ley de Ajuste que les dé derecho a entrar 
							ilegalmente a Estados Unidos, aunque acaben de 
							cometer un crimen para robarse un barco. Una Ley de 
							Ajuste que es el estímulo fundamental a esa 
							emigración del que se marcha ilegalmente de aquí.  
							
							
							En México no hay una ley de Ajuste; si la hubiera 
							habría un 30 por ciento o un 40 por ciento de la 
							población mexicana que emigraría a Estados Unidos. 
							Con cientos y miles de fábricas allí donde están 
							ensamblando, que tienen salarios un poco más 
							altos que el salario nacional, si tuvieran una 
							Ley de Ajuste, alrededor de 30 ó 40 millones de 
							mexicanos estarían del otro lado. Yo no puedo dar un 
							dato exacto; pero sé que en Argentina, y antes de la 
							crisis...  
							
							
							
							¿La de diciembre de 2001?  
							
							
							Sí. Pero desde antes ya, por problemas y 
							dificultades, y porque también aquélla fue una 
							nación que se formó con muchos españoles que 
							emigraron, e italianos que emigraron después de la 
							Segunda Guerra Mundial. En Argentina, un 30 por 
							ciento de la población querría emigrar para Europa, 
							o Estados Unidos, ¡un 30 por ciento!  
							
							
							También emigran muchos profesionales, científicos, 
							intelectuales, eminentes profesores, porque los
							
							
							norteamericanos se llevan lo mejor. Aunque ésos 
							suelen marcharse por vía legal. El robo de cerebros 
							no se hace sobre la base de gente que se lleve un 
							barco y corra riesgos, o cruce la frontera jugándose 
							la vida. Yo pienso que Argentina tenía mejor 
							situación económica que México, más estándar de vida 
							que México, sólo que tanto a los mexicanos como a 
							los argentinos que se marchan los llaman 
							emigrantes.  
							
							
							
							Y no refugiados políticos, como a los cubanos.  
							
							
							Sí, todo el que sale de Cuba es un "exiliado". Desde 
							hace más de 40 años, todo el que sale de aquí es un 
							"exiliado", un "enemigo del régimen socialista"... Y 
							resulta que los cubanos tienen los niveles más altos 
							de educación entre los latinos, y por tanto, en 
							Estados Unidos, los más altos ingresos entre los 
							latinos, porque muchos de los que llegan de otros 
							lugares a Estados Unidos son analfabetos, 
							semianalfabetos, gente que no tiene un oficio, solo 
							va para recoger tomates, vegetales, una fuerza de 
							trabajo más barata. En realidad, si hubiera una Ley 
							de Ajuste para América Latina, pienso que más de la 
							mitad de los residentes en Estados Unidos serían 
							latinoamericanos.  
							
							
							Ahora, imagínese una Ley de Ajuste para China, para 
							los países de Asia, incluso de Europa... Óigame, no 
							se sabe cuánta gente de las regiones pobres de 
							Europa, o desempleados, emigrarían a Estados Unidos. 
							Ya por cada norteamericano real, de los nacidos allí, 
							habría, por lo menos, dos o más venidos de fuera... 
							En dos palabras: invaden los Estados Unidos, lo 
							ocupan si hubiera una Ley de Ajuste mundial, como 
							hay una Ley de Ajuste para Cuba. Esa Ley de Ajuste 
							ya tiene como 39 años, y les da esos derechos a los 
							que secuestran un barco o un avión. Es un estímulo 
							al crimen.  
							
							
							
							¿Según usted, son los desesperados los que acuden a 
							esos métodos para emigrar?  
							
							
							Es gente lumpen, porque ya le digo, los que tienen 
							esperanzas de viajar, por una vía o por otra, a un 
							país intermedio, España, México, Canadá, o cualquier 
							otro país, para gestionar una visa, ésos no 
							secuestran, ésos no se van en esas balsas. Eso lo 
							hace el personal que tiene antecedentes penales, o 
							pésima conducta, como regla, y que se la juega, 
							corre cualquier peligro, es un personal para estas 
							cosas muy decidido. Los otros no... El 90 por ciento 
							de los que viajan ilegal mente son personas que las 
							vienen a buscar en una lancha desde la Florida. 
							Nosotros aquí tenemos medidas durísimas: hasta 
							cadena perpetua con el individuo, si hay un 
							accidente. Porque había que parar eso, porque estaba 
							muriendo gente constantemente. Se hundían barcos, a 
							veces un barco hundido con 30 ó 32 desaparecidos, 
							sin dejar rastro. Y los norteamericanos, ya le dije, 
							no dan ni datos, nunca nos dicen: "Llegó éste"; ni 
							si hay heridos, nunca dan un dato, se comportan 
							groseros hasta el máximo posible.  
							
							
							
							¿Los que cometen un delito para emigrar no son 
							detenidos y devueltos por las autoridades
							
							
							norteamericanas?  
							
							
							
							Los que se van ilegales son los únicos ciudadanos en 
							el mundo que si violan las leyes de Estados Unidos y 
							entran por cualquier vía, incluso si aterrizan con 
							un documento falso, pasaporte falso, al llegar al 
							aeropuerto dicen: "Soy el ciudadano fulano de tal y 
							me acojo a la Ley de Ajuste Cubano", ya tienen 
							derecho a residir y a trabajar al día siguiente. 
							
							
							[8] 
							Antes les ponían un año de espera, todo eso lo han 
							quitado. ¿Objetivo? Desestabilizar. ¡Cuántas vidas 
							ha costado eso!  
							
							
							Todo el que tenga antecedentes penales o cometa un 
							crimen puede acogerse a esa Ley y lo declaran "exiliado", 
							"enemigo del régimen socialista"... Cuando viene el 
							período especial, como le conté, había un convenio 
							de emigración y ellos no lo cumplían. Todo eso 
							estimulaba las acciones ilegales, porque los que no 
							reciben visas —vuelvo a repetir— a ésos la familia 
							les manda un barco, llaman por teléfono, los 
							traficantes de personas vienen con lanchas rápidas...  
							
							
							
							¿Se ponen de acuerdo para que vengan a recogerlos en 
							un lugar discreto?  
							
							
							Se comunican telefónicamente, a cualquier hora del 
							día o de la noche. No resulta difícil coordinar un 
							puntico de la costa, fijar una hora en que llegan... 
							Pero dentro de ese ambiente, de todos esos secretos, 
							siempre hay gente, de los que no pueden viajar 
							Legalmente que, cuando se enteran de alguno de esos 
							provectos, chantajean y van para allá a montarse 
							también en la lancha. Esto se une al hecho de que el 
							traficante, en un barco que puede llevar, tal vez, a 
							seis u ocho personas, monta a 20, 25 ó 30.  
							
							
							
							Corre el riesgo de hundirse.  
							
							
							Por eso es que no se sabe cuántos perecen. Se habla 
							de "muchos", pero nadie tiene la cuenta, porque 
							usted nunca recibe una información de quién llegó, 
							si hubo un accidente, cómo se llaman los que se 
							ahogaron. Las autoridades norteamericanas no dan ni 
							los nombres de los que mueren, para que usted vea 
							con qué espíritu llevan a cabo y aplican esa Ley de 
							Ajuste.  
							
							
							
							Los de Miami defienden esa ley, les crean 
							espectáculos y shows públicos a las autoridades de 
							allí, llevan periodistas de la televisión a los 
							guardacostas para impedir que alguno trate de 
							aguantar una lancha, y, figúrese, alguien que quiere 
							llegar a la costa, luchando contra los tripulantes 
							de un guardacostas que exige sacarlo del bote y 
							llevarlo...[9] Entonces, se saben apoyados allá, y han 
							hecho grandes escándalos para desmoralizar a los 
							guardacostas norteamericanos. A veces les han 
							organizado espectáculos en la misma orilla.  
							
							
							
							¿Filman a los guardacostas?  
							
							
							Sí, a toda la gente que está allí las ponen en la 
							televisión. Entonces, bajo esas presiones han 
							tratado de intimidar a los guardacostas, e incluso 
							en una Administración que era menos hostil, como la 
							administración de Clinton, se producía todo esto de 
							que le estoy hablando, porque también están las 
							campañas electorales, las luchas por la Florida. 
							Clinton, incluso, había ganado también en la 
							Florida. Él no decía nada; pero el poder que tiene 
							esta gente es el poder del escándalo, el lobby 
							anticubano en el Congreso. Clinton con una minoría 
							en el Congreso, y ellos tienen poder allí —los de la 
							Florida— demócratas y republicanos, porque les da 
							mucho dinero esa Fundación Nacional Cubano-Americana, 
							para las campañas y cuentan con decenas de 
							congresistas, como el Bob Menéndez famoso[10] por 
							ejemplo, de allá de New Jersey apoyado por los 
							cubanos y es demócrata. Así que en el lobby 
							anticubano y con abundante dinero, hay demócratas y 
							republicanos. Todas estas cosas pasaban.  
							
							
							
							¿Usted piensa que Clinton fue más constructivo?  
							
							
							Si, él no era particularmente agresivo. Pero Clinton 
							heredó toda aquella comunidad, heredó todas las
							
							
							campañas que se han hecho contra Cuba y era muy poco 
							lo que podía hacer para ayudar. Estas cosas ocurrían 
							antes de estar el presidente Bush actual. Bueno, ya 
							ocurrían con Reagan. Pero después de 1989, en el 
							período especial, está el padre de Bush ocupado en 
							otras cosas: la guerra del Golfo, el desarme, sacar 
							el máximo provecho de la nueva línea política de la 
							dirección soviética, haciendo acuerdos de armas 
							estratégicas, que todo el mundo conoce las 
							concesiones que le hicieron Gorbachov y 
							especialmente Shevardnadze.[11] Los dos negociaron 
							sin saber mucho de armas ni de estrategias ni de 
							nada, porque lo que querían era negociar y las 
							ventajas las sacó el gobierno de Estados Unidos.  
							
							
							
							Ustedes ahora, pese al embargo vigente desde 1962, 
							le pueden comprar alimentos a los Estados Unidos, 
							¿verdad?  
							
							
							
							Sí. En noviembre de 2001, tras el paso por la isla 
							del devastador huracán "Michelle", las leyes contra 
							el bloqueo de alimentos y medicinas se aprobaron, 
							por amplia mayoría, en Estados Unidos;[12] quienes 
							dominaban las comisiones del Congreso eran del 
							partido del gobierno.  
							
							
							
							¿Republicano?  
							
							
							Eran demócratas y republicanos los que, por mayoría, 
							aprobaron unas leyes autorizando la venta de
							
							
							alimentos y medicinas a nuestro país.  
							
							
							En otras cosas, como el derecho a viajar a Cuba, 
							bloquearon la iniciativa; no pudo ni discutirse. ¿A 
							qué procedimiento acudieron? A proponer medidas en 
							leyes fundamentales, las llamaban enmiendas. Cuando 
							se discute una ley tan fundamental, digamos, como 
							los presupuestos de la defensa, o los presupuestos 
							para subsidios a los agricultores u otros temas, o 
							el presupuesto del Estado, son problemas tan 
							importantes que si una comisión de ésas acepta una 
							enmienda, una percha, entonces la cuelgan allí, y 
							cualquier batalla que se quiera dar contra esa 
							enmienda se hace prácticamente imposible, porque la 
							han puesto en esa ley contra la cual no se puede 
							oponer nadie. De hecho, entonces, modifican la ley 
							que se había aprobado.  
							
							
							Bueno, nosotros no estábamos conformes, porque usted 
							no puede estar conforme con que se venda en una sola 
							dirección. Pero aquella la remendaron de tal manera 
							que para cada venta a Cuba había que pedir permiso 
							al Tesoro de Estados Unidos, que es igual que si 
							usted, para comprar un traje en una sastrería, tiene 
							que pedirle permiso al alcalde de su municipio.  
							
							
							
							O a mi banco.  
							
							
							No, no, al banco no, al jefe del Departamento de) 
							Tesoro de Estados Unidos. Es un ministerio quien 
							tiene que autorizarlo. Y así fue cómo, después del 
							huracán "Michelle" —que después que se produjeron 
							esos atentados allá, nosotros tuvimos un terrible 
							huracán que le hizo daño al país por valor de 2.000 
							millones de dólares—, ellos tuvieron un gesto —igual 
							que nosotros habíamos tenido un gesto con relación a 
							la catástrofe del 11 de septiembre de 2001—; les 
							planteamos que ya nosotros teníamos la reserva, que 
							estábamos ayudando, que habíamos evaluado —planteaban 
							gente para que evaluaran—, les agradecemos el gesto, 
							y que nos podría ser útil adquirir unas cantidades 
							similares a las de las reservas que íbamos a emplear 
							para alimentar a los damnificados.  
							
							
							Entonces, ellos aceptaron y, de acuerdo con esa ley 
							llena de remiendos, es que nos vendieron algunos 
							productos. Pidieron permiso.[13]  
							
							
							Nosotros lo planteamos públicamente, que a cada 
							gesto amable que tuvieran, habría un gesto amable de 
							nuestra parte. El permiso lo dieron, incluso, por un 
							año —ése es un gesto constructivo— y entonces 
							incrementamos las compras de alimentos, y no 
							simplemente la inicial para restablecer la reserva. 
							Con esa ley llena de remiendos...  
							
							
							Pero hay una amplia mayoría, en la Cámara y en el 
							Senado, que es contraria al bloqueo.[14] Es 
							favorable a que les den permiso para venir, a que 
							respeten el derecho constitucional de los 
							norteamericanos a viajar, y de hacer una ley que 
							autorice, incluso, a adquirir productos cubanos. 
							Todas las ventas las pagamos al contado.  
							
							
							
							Hay una fuerte corriente también en la opinión 
							pública, amplia, de más del 70 por ciento, que está 
							contra el bloqueo y está por el derecho de los 
							ciudadanos norteamericanos a visitar Cuba.[15] 
							Porque lo tienen prohibido; sólo autorizan a los de 
							origen cubano, y una vez al año.[16]  
							
							
							
							¿Los ciudadanos norteamericanos no pueden venir?  
							
							
							Está prohibido como regla. Pero son muchos los que 
							viajan, de forma tal que, si lo sancionaran, 
							tendrían que incrementar en un porcentaje alto las 
							prisiones. Pueden ser condenados hasta a diez años 
							de prisión.  
							
							
							
							¿Por venir a Cuba?  
							
							
							Por visitar Cuba un ciudadano norteamericano. Y si 
							no me equivoco, hasta 500 mil dólares de multa por 
							visitar Cuba sin permiso. 
							
							 
							 
							 (Tomado del libro 
							"Cien Horas con Fidel, conversaciones con Ignacio
							Ramonet", editado por Oficina de 
							Publicaciones del Consejo de Estado, Tercera edición, La Habana, 
							2006, páginas 381-401)
							  ©
							 
							 
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